domingo, 13 de octubre de 2013

La Soledad y Lila 4

  De modo que siempre terminaba refugiada en su rincón. Allí nada la alcanzaba, allí podía ser feliz.
  Sí, quizás era una cárcel, pero al menos era una cárcel de tranquilidad, de sosiego; el único sitio donde podía relajarse, desprenderse de su soledad e imaginar que era feliz.



    Que la fortuna os aguarde tras la esquina oscura

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